La cistitis es una inflamación de la vejiga que puede causar molestias y dolor en el área pélvica. Esta condición es más común en las mujeres, aunque los hombres también pueden verse afectados. En España, especialmente durante los meses de verano, la incidencia de cistitis es muy alta, siendo una de las principales consultas médicas. Desde CRF Montigalà, expertos en suelo pélvico en Badalona, explicaremos sus causas y factores de riesgo, los síntomas y efectos en el suelo pélvico, el diagnóstico, el tratamiento y las medidas de prevención.
Causas y factores de riesgo de la cistitis
Generalmente suele ser causada por una infección bacteriana en la vejiga. Las bacterias, como la Escherichia coli (E. coli), son las principales responsables de esta infección. En verano, el aumento de las actividades al aire libre y el uso de piscinas públicas pueden aumentar el riesgo de contraer bacterias que pueden provocar cistitis. El uso de ropa de baño húmeda durante períodos prolongados también puede favorecer el crecimiento bacteriano.
Además, el calor y la humedad características del verano pueden causar un aumento en la transpiración, lo que puede contribuir a la irritación de la uretra y facilitar la entrada de bacterias en la vejiga. Es importante mencionar que las relaciones sexuales también pueden aumentar el riesgo de desarrollar cistitis, ya que durante el acto sexual se pueden introducir bacterias en la uretra.
Asimismo, existen otros factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar cistitis. Entre ellos se incluyen la anatomía femenina, ya que las mujeres tienen la uretra más corta que los hombres, lo que facilita el acceso de las bacterias a la vejiga. El uso de métodos anticonceptivos como diafragmas o espermicidas también puede incrementar el riesgo de cistitis.
Además, las personas con un sistema inmunológico debilitado, como aquellos que padecen diabetes o VIH, son más propensas a sufrir infecciones recurrentes en la vejiga.
Síntomas y efectos de la cistitis
Los síntomas más comunes incluyen una sensación de ardor al orinar, necesidad frecuente de orinar, incluso en pequeñas cantidades, orina turbia o con olor fuerte, y dolor en la parte baja del abdomen. En algunos casos, puede haber presencia de sangre en la orina.
Si la cistitis no se trata adecuadamente, puede afectar el suelo pélvico, debilitando los músculos y los tejidos de esta área y contribuyendo a problemas como la incontinencia urinaria.
Diagnóstico y tratamiento de la cistitis y los problemas de suelo pélvico
El diagnósticos generalmente se realiza mediante un análisis de orina, que permitirá identificar la presencia de bacterias y otros signos de infección. En casos más complicados o recurrentes, se pueden realizar pruebas adicionales, como un urocultivo o una cistoscopia, para descartar otras condiciones o investigar posibles causas subyacentes.
Por otra parte, el tratamiento generalmente implica la administración de antibióticos para eliminar la infección bacteriana. Es importante completar el curso completo de los antibióticos prescritos, incluso si los síntomas desaparecen antes, para asegurar una eliminación completa de las bacterias. Además, es recomendable beber abundante agua para ayudar a eliminar las bacterias y mantener una buena hidratación. El descanso adecuado y el uso de analgésicos pueden aliviar los síntomas de dolor y malestar.
En el caso de que el suelo pélvico se haya dañado, será fundamental acudir a un profesional de ello, que podrá ayudarnos a evitar complicaciones.
Prevención de la cistitis
Además del tratamiento, también es fundamental tomar medidas de prevención. Algunas recomendaciones incluyen:
- Mantener una buena higiene personal: Es importante lavar adecuadamente el área genital, especialmente antes y después de las relaciones sexuales, utilizando agua y jabón suave. Es recomendable también orinar después de tener relaciones sexuales para eliminar cualquier bacteria que pueda haber ingresado a la uretra.
- Beber suficiente agua: Mantenerse hidratado ayuda a diluir la orina y a eliminar las bacterias que puedan estar presentes en la vejiga.
- Evitar retener la orina: Es importante orinar regularmente y no aguantar las ganas de ir al baño, ya que la retención de orina puede favorecer el crecimiento bacteriano.
- Evitar el uso prolongado de ropa de baño húmeda: Después de nadar o de utilizar trajes de baño, es recomendable cambiarse lo más pronto posible para evitar la proliferación de bacterias.
- Utilizar métodos anticonceptivos adecuados: Si se utilizan diafragmas o espermicidas, es importante seguir las instrucciones de uso y consultar a un médico si se presentan síntomas de irritación o infección.
- Reforzar el sistema inmunológico: Mantener un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada, ejercicio regular y descanso adecuado, puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y reducir el riesgo de infecciones.
Si queréis saber más o consultarnos vuestro caso, no dudéis en poneros en contacto con nosotros sin compromiso.