Una lesión medular es una de las lesiones más duras y temidas debido a sus graves efectos no solo en la salud física, si no también en la independencia, la calidad de vida y la salud emocional. Sin embargo, la medicina ha realizado grandes avances en los últimos años que permiten que lo que anteriormente solo se podía pensar en ciencia ficción pueda empezar a ser realidad, el regreso al movimiento y a la autonomía tras una lesión de este tipo.
Desde CRF Montigalà, clínica de rehabilitación en Badalona, os explicamos cómo puede realizarse la rehabilitación de la marcha para que los afectados por lesión medular puedan volver a caminar.
¿Qué tipos de lesión de la médula espinal (LME) existen?
Podemos clasificar las lesiones medulares en dos tipos, completas e incompletas. Las lesiones incompletas son aquellas en las que la médula no está completamente dañada y no presentan una pérdida total de la sensibilidad o una parálisis total, al contrario de lo que ocurre en las completas. A nivel general, podemos decir que la capacidad de recuperación es siempre más rápida y sencilla en el primer caso.
¿Por qué es importante la rehabilitación de la marcha?
Cuando se produce una lesión medular, se dañan células nerviosas y sus conexiones, hecho que puede impedir que se trasladen las señales de movimiento y sensibilidad que van desde el sistema nervioso central a puntos periféricos. Es por ello, que la rehabilitación de la marcha tiene como objetivo no solo intentar reestablecer la sensibilidad y el movimiento, si no también mejorar la condición física de las personas con una lesión que les impide el movimiento.
¿La rehabilitación es siempre efectiva?
Tal y como hemos avanzado, existen diferentes tipos de lesiones medulares. Además, debemos tener en cuenta que cada individuo progresa a su ritmo y que existen diversos factores para valorar la posible capacidad futura para volver a caminar, tales como:
- Altura y posición de la lesión.
- Gravedad de la lesión.
- Tiempo transcurrido desde su origen.
- Edad del afectado.
- Condición física.
- Nivel de sensibilidad.
- Nivel de dolor.
- Lesiones o enfermedades preexistentes o coetáneas.
¿Cómo se valora si una persona es apta para iniciar esta rehabilitación?
Un fisioterapeuta o médico especializado pondrá a prueba su fuerza, sensibilidad, ergonomía, equilibrio, rigidez y rango de movimiento.
Seguidamente, el médico puede facilitar dispositivos de asistencia u ortesis para ayudarle a equilibrarse.
Tras ello, podrá evaluar su velocidad, su aguante y su equilibrio al deambular. Si el especialista valora el estado positivamente, podrá iniciarlo en un tratamiento de “premarcha” en el cual se realizarán actividades de estiramiento, fortalecimiento, reeducación del equilibrio y coordinación.
Por otra parte, el especialista rehusará iniciar le rehabilitación si la condición física del paciente es muy débil, su presión arterial es inestable, existen fracturas o riesgo de fracturas o se presenta un gran riesgo de caídas, sin embargo, en muchos casos estas actividades se pueden realizar para mantener el tono físico sin deber por ello volver a caminar sin ayuda.
¿Qué opciones de tratamiento existen?
Si la rehabilitación es apta para el paciente, esta deberá iniciarse a la mayor brevedad posible. En estas fases tempranas, el afectado podrá trabajar la marcha mediante equipos de apoyo como arneses, andadores, muletas (siempre dos para evitar sobreapoyo) u ortesis. Cabe decir que a mayor fuerza y ejercicio más posibilidades hay de volver a recuperar la movilidad.
La estimulación eléctrica también puede ayudar al estimular los receptores de la sensibilidad y del movimiento.
En CRF Montigalà contamos con el mejor equipo fisioterapeuta especializado en el tratamiento de lesiones y con la innovadora terapia INDIBA. Si necesitas más información no dudes en ponerte en contacto con nosotros.