Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerca del 9% de la población mundial padece de diabetes, y de estos, entre el 50 y el 80% de los casos de fallecimiento se han dado por problemas cardiovasculares. Uno de los problemas derivados de la diabetes, que puede causarse debido a esto, es el pie diabético.
Desde CRF Montigalà, clínica experta en recuperación y rehabilitación en Badalona os explicamos qué es y por qué se produce el pie diabético, cuáles son sus síntomas, qué riesgos para la salud presenta, cómo podemos prevenirlo y tratarlo.
¿Qué es el pie diabético?
Para entender qué es el pie diabético primero debemos hacer referencia a la Diabetes. Según la OMS, la Diabetes es una “enfermedad metabólica crónica caracterizada por la glucosa en sangre elevada (hiperglucemia). Se asocia con una deficiencia absoluta o relativa de la producción y/o de la acción de la insulina”. Estas hiperglucemias, sobretodo si son mantenidas, pueden generar complicaciones en el organismo como afecciones al riñón, la retina, el nervio periférico, el cerebro, el miocardio o las extremidades inferiores.
Si una persona diabética presenta complicaciones de este tipo, unidas a unos malos hábitos del cuidado de los pies, y un mal control glucémico, hablamos de una persona con un pie de riesgo.
El pie diabético se define como una destrucción, infección o ulceración de los tejidos del pie, a causa de una neuropatía o enfermedad vascular periférica en las extremidades inferiores en los afectados por Diabetes.
¿Cuáles son las causas y factores de riesgo para desarrollar pie diabético?
Tal y como hemos comentado, la causa del pie diabético es el padecimiento de Diabetes mellitus, unido al hecho de seguir deficientes hábitos de cuidado, es decir, no todos los afectados por Diabetes padecen pie diabético. Sin embargo, existen ciertos factores de riesgo que harán aumentar la probabilidades de padecerlo:
- Edad avanzada
- Ulceración o amputación previa.
- Alteraciones biomecánicas como limitaciones articulares, prominencias (juanetes, dedos en garra), durezas, uñas engrosadas.
- Enfermedad vascular.
- Traumatismos como caídas.
- Malos hábitos tales como usar calzado inadecuado, andar descalzo, no comprobar si existen objetos dentro del calzado.
- Mal control de la glucemia.
- Diabetes de más de 10 años.
¿Cuáles son los síntomas del pie diabético?
Aunque los signos del pie diabético pueden varias según las complicaciones de salud que se presenten, existen diversos síntomas principales tales como:
- Pérdida de sensibilidad y percepción de estímulos (dolor, presión, temperatura, propiocepción del pie).
- Calambres y/u hormigueos.
- Aparición de infecciones en heridas o dificultad para que estas cicatricen.
- Atrofia y debilidad muscular del miembro inferior, que pueden conducir a malformaciones.
- Disminución del aporte sanguíneo y de oxígeno a los tejidos.
- Dolor en reposo, sobre todo por la noche.
- Cambios en la coloración del pie.
- Edemas.
- Sequedad de la piel del pie, piel más frágil, fina y con tendencia a agrietarse.
- Disminución de la grasa plantar, uñas engrosadas y ausencia de vello.
- Claudicación intermitente, sufriendo dolor al deambular que obliga al afectado a parar la marcha.
- Lesiones en las zonas de presión como en los dedos o el talón, unidas a procesos inflamatorios.
¿Cómo prevenir y tratar el pie diabético?
Las personas con pie diabético o predisposición a padecerlo cuentan con pies muy delicados y sensibles, por lo que además de seguir un control de la Diabetes correcto deben prestar especial atención a esta zona. Algunos consejos de cuidado importantes son los siguientes:
- Llevar zapatos con calcetines, siempre de fibras naturales, sin costuras, o con las costuras hacia fuera y que no aprieten.
- Si se debe comprar un zapato, hacerlo al final del día, cuando el pie está más dilatado. Para estrenarlos, mejor no hacerlo cuando se deba caminar mucho.
- Escoger zapatos flexibles y de suela gruesa, con cordones o velcro y que se ajusten bien, pero que no apreten.
- Revisar el interior del zapato antes de ponérselo para evitar la presencia de objetos que puedan dañar el pie.
- No bañarse con temperaturas muy frías o muy calientes y utilizar jabones neutros.
- Secarse cuidadosamente el pie, incluyendo los dedos.
- Hidratar el pie por las noches, pero no entre los dedos.
- No utilizar callicidas o cuchillas para eliminar durezas y limar las uñas, mejor no cortarlas. Para un mejor cuidado, lo más recomendable es acudir al podólogo.
En CRF Montigalà contamos con expertos en podología, nutrición y fisioterapia que pueden ayudarte con el pie diabético. Si precisas de mayor información, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.